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Medalla de oro de Galicia por hacerla «cada vez máis grande» con su música
Foto de Paco Rodríguez para La Voz de Galicia
Juan Pardo, Luz Casal y Carlos Núñez, medalla de oro de Galicia por hacerla «cada vez máis grande» con su música
La artista ha sido distinguida con la Medalla de Oro de Galicia, reconocimiento que compartirá con Carlos Núñez y Juan Pardo.
Algunas noticias…
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LUZ CASAL RECIBE LA MAYOR DISTINCIÓN ARTÍSTICA DE FRANCIA
El país galo vuelve a rendirse ante la cantante española, que ayer 30 de mayo fue reconocida como Comendadora de las Artes y las Letras en un acto presidido por la ministra de Cultura, Rima Abdul Malak.
Francia vuelve a rendirse ante Luz Casal. La cantante española ha sido reconocida como Comendadora de las Artes y las Letras, la mayor distinción artística que concede el país galo. El acto, que tuvo lugar ayer en la sede del Ministerio de Cultura en París, fue presidido por la Ministra de Cultura de Francia, Rima Abdul Malak. Este premio recompensa «a las personas que se han distinguido por sus creaciones en el dominio artístico o literario y por la contribución que han aportado al esplendor de las artes y las letras en Francia y en el mundo».
El título de comendador, recibido entre otros por Bob Dylan, David Bowie, Mercedes Sosa, Meryl Streep y Alejandro González Iñárritu, es el más alto de los tres grados que forman la Orden de las Artes y las Letras. Para acceder a este grado deben haber pasado al menos cinco años desde la concesión de los títulos de oficial o caballero, los dos grados inferiores de la Orden. Casal fue nombrada oficial en 2009. Frédéric Mitterrand, por entonces ministro de Cultura, destacó la condición de la cantante gallega como «icono de la canción española», además de recordar que es una artista «muy querida por los franceses».
El idilio entre Luz y el público galo comenzó en los años noventa, cuando sus interpretaciones de ‘Piensa en mí’ y ‘Un año de amor’, incluidas en la banda sonora de ‘Tacones lejanos’, de Pedro Almodóvar, se convirtieron en dos de las canciones en español más exitosas de las últimas décadas en Francia. Desde entonces, la intérprete de himnos como ‘No me importa nada’ y ‘Entre mis recuerdos’ no ha parado de cosechar triunfos en este país. En 2010 recibió la Medalla de Oro de la Ciudad de París. Bertrand Delanoë, entonces alcalde, definió a Luz como «una inmensa artista» capaz de «hacer lo que quiere en todas las facetas de la vida».
Casal ha recompensado el cariño con largas giras por todo el país galo que han incluido escenarios tan míticos como el Olympia de París y el Teatro Châtelet, también en la capital francesa. Fue precisamente en este país donde Luz inauguró en marzo la gira de ‘Las ventanas de mi alma’, su nuevo disco y el más personal de su carrera, editado por Virgin Music. La artista, una de las voces más poderosas y reconocibles de la historia de la música popular española, tiene por delante más de medio centenar de conciertos este año.
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Luz Casal regresa con ‘Las ventanas de mi alma’, su disco más personal y reflexivo
La artista, referencia indiscutible de la música popular europea, pone fin a cinco años sin material inédito con doce temas que oscilan entre el rock y los sonidos más clásicos
YA DISPONIBLE AQUÍ
Se ha hecho esperar, pero Luz Casal regresa con un nuevo disco, el más personal y autobiográfico de su carrera. El título, ‘Las ventanas de mi alma’, ya anuncia que Luz se presenta sin máscaras ni artificios, franca y apasionada como siempre y más anclada a la realidad que nunca. Su condición de referencia indiscutible de la música en español convierte esta vuelta, tras cinco años sin publicar canciones inéditas, en todo un acontecimiento. Pero, lejos de conformarse con la renta que le otorgan cuatro décadas en lo más alto, Luz explora nuevos sonidos y aborda asuntos de actualidad para ofrecer un álbum rotundo y arrebatador, doce temas llamados a ampliar la abultada lista de éxitos de la artista, una de las voces más inconfundibles del panorama musical europeo.
El disco supone una inyección de esperanza. Luz tiende la mano en cada canción, ofrece salidas en medio de la oscuridad y exorciza fantasmas propios y ajenos. Así lo anticipa el primer single, ‘Hola, Qué Tal’, una exhibición de optimismo, resultado de las más de dos mil llamadas que hizo durante el confinamiento a quienes se lo pedían en busca de aliento y consuelo. Esa experiencia también cristaliza en ‘Dame tu mano’, uno de los cortes más poderosos del álbum, que arranca con apenas una guitarra y la voz algo apesadumbrada de Luz (“Me equivoqué más de una vez, / sólo yo sé lo que pagué”) para escalar hacia la cima instrumental, coronada por la intensidad de los arreglos, en medio de un ambiente mágico: “Dame tu mano, toma la mía; / somos dos seres buscando salida”.
El reencuentro con la pureza, una de las principales obsesiones de la discografía de Luz, se hace evidente en ‘La inocencia’, cercana al rock más clásico y donde predominan las guitarras eléctricas, pero también en ‘Duele’, un canto a lo perdido, tal vez la concesión más dramática del disco, el primero tras la muerte de su madre: “Duele que no tenga quien cante / cumpleaños feliz”. La crudeza de ambas letras contrasta con la vitalidad de sus melodías. Es otra histórica marca de la casa: esquivar el regodeo, tamizar la pena para abrir una grieta, por pequeña que sea, que deje atravesar la luz.
Conviene reparar en ‘Antes que tú’, la canción más atrevida del álbum, compuesta junto con los hermanos Ovidi y Álvaro Tormo, de Los Zigarros. Descarada, bajo la frenética batería de su fiel Tino di Geraldo, Luz advierte de la eventualidad de cualquier éxito (“Subir, bajar, / todo eso se reduce / a un eterno blablabla”) y ajusta cuentas con quienes se atreven a mirar por encima del hombro: “Fui lo que tú ahora eres / y lo que soy serás”. Siempre escurridiza frente a las etiquetas, inclasificable y tentacular, Luz se transforma para situarse en las antípodas del rock con ‘Estaba escrito’, un tema de corte clásico, la historia de un romance sostenido por poco más que el piano y su voz, clara y poderosa: “Y de repente, sin saber cómo, / aprendimos que un instante se hace eterno”.
Desde la desnudez de la composición que da título al disco, ‘Las ventanas de mi alma’, hasta la complejidad de ‘A ciegas’ y la espontaneidad del pop sin pirotecnia de ‘Quizás’, pasando por la plácida ‘Un lugar perfecto’ y sus coqueteos con el bolero en ‘Suave es la noche’, Luz ofrece un álbum catártico y sofisticado, repleto de matices que exigen al oyente volver a cada canción para apreciar cada uno de sus detalles. El disco se cierra con un regalo que regresa del pasado: ‘Un Poco Más de Amor’ una canción compuesta por Carmen Santonja que Luz conserva desde los años noventa y no había publicado hasta ahora, interpretada como un himno de vigencia asombrosa contra la guerra: “Que callen esos fusiles, / no quiero ver más / los mil perfiles de Satanás”.
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